Entrevista a Biljana Tomic – Spanish

Oktober 24, 2017 by admin Uncategorized 0 comments

La primera impresión que se tiene al llegar a Belgrado es la de una ciudad increíblemente dinámica. Ni la reciente guerra, ni el aislamiento que ha soportado Serbia durante el embargo, han podido con la vitalidad de esta ciudad, quizás resignada a tantas invasiones y destrucciones a lo largo de toda su historia.

Belgrado o BeoGrad –literalmente la ciudad blanca- se extiende en la encrucijada de dos ríos, el gran Danubio y el Saba, cuyo fluir parece dar a esta bella ciudad un aliento de constante renovación. Todavía en sus calles se pueden comprar, a cualquier precio, las

cosas más impensables en el mercado negro. La vida, después de todo, continua…”A pesar de los efectos evidentes de la guerra, hay en el espíritu de sus gentes una lucha desesperada por recuperar la normalidad perdida”. Con estas palabras, Biljana Tomic, directora de la galería del SKC de Belgrado, crítica de arte y poeta define la situación que hoy viven los jóvenes artistas en Belgrado, la conciencia de seguir adelante y de dejar atrás el tiempo de aislamiento y claustrofobia.

Biljana Tomic viene dirigiendo la galería del StudentskiKulturniCentar desde 1976. El SKC, que ahora celebra el 25 aniversario de su fundación, es probablemente uno de los espacios artísticos y de debate cultural más simbólicos de la ciudad. La actividad de este centro situado en una de las vías principales de Belgrado, en un antiguo palacio de finales de siglo, ha sido decisiva para las nuevas generaciones de jóvenes artistas en los últimos años. Al igual que otros centros en Sarajevo, Ljubljana o Zagreb, creados en el período de Tito según el modelo socialista de “casa de la cultura popular”, en el SKC se dan diferentes manifestaciones, desde artes plásticas, vídeo, film, teatro y performances hasta música clásica, conciertos de rock, así como lecturas, seminarios, etc.

La galería del centro funciona como espacio de exposición y, sobre todo para los jóvenes artistas, como workshop, dando la posibilidad de que las obras se creen en el mismo espacio y que el público tenga acceso a éstas durante su proceso.

PREGUNTA- ¿Cómo fueron los primeros años del SKC que coinciden con los inicios de una generación de artistas, hoy internacionalmente conocidos como M. Abramovic, R. Damnjan, B. Dimitrievic o Gotovac?

RESPUESTA-Fueron unos años muy fructíferos, pero no sólo en la ex-Yugoslavia; en muchos países de Europa se estaba experimentando igualmente con el arte conceptual y las performances así como nuevas tendencias vinculadas a la música y al teatro. Todo ello corresponde a cierto espíritu de la época, de entusiasmo por los nuevos lenguajes. El arte pretendía orientarse hacia lo político y los social, el artista salía a la calle y las fronteras entre arte y acción tendían a desaparecer. En estos momentos la participación del público era enorme y había un verdadero interés por lo que los jóvenes artistas hacían.

El SKC por entonces contaba con unos presupuestos del Ministerio de Cultura y Educación que cubría los sueldos y el mantenimiento de los locales. Era impensable, en aquella situación, contar con dinero para pagar honorarios a un artista o financiar una obra. Yo, en el período desde 1968 hasta el 73 colaboraba igualmente en el programación artística del Belgrade International Theater Festival, BITEF, cuya experiencia, en tanto que arte directo, creo que me sirvió mucho para entender el espíritu de lo que estaba ocurriendo en la escena artística. A pesar de que no existía un presupuesto reconocido para este tipo de obras, se convirtió en una praxis normal obtener dinero para material, como si de una escenografía teatral se tratase, y lo cierto es que conseguíamos pequeñas cantidades que nos permitieron realizar muchos proyectos.

PREGUNTA-Hay una obra de B. Dimitrievic que cuenta la historia de “…dos pintores que vivían en dos casas, lejos de la ciudad. Un día el rey , cazando cerca del lugar, perdió su perro y lo encontró en el jardín de uno de estos pintores. Vio la obra de éste y, entusiasmado, invitó al artista a su castillo. El nombre de este artista era Leonardo da Vinci. El nombre del otro artista desapareció en la noche de los tiempos…” ¿Cuál piensa que ha sido el papel de Yugoslavia, en tanto que país “no alineado” y, a la vez, lejos de las estructuras de mercado propias de la Europa occidental?

RESPUESTA-La posición de Yugoslavia entre el Este y el Occidente es muy particular. Por un lado, su posición no era suficientemente interesante, políticamente hablando para su promoción en Occidente. Por otro, Yugoslavia jugó un papel de “oasis” entre estos dos mundos. Para los países del Este europeo, que podían entrar en Yugoslavia sin visado, Belgrado representaba un verdadero centro de confluencias entre las dos Europas, un territorio de nadie. En el año 1974, Joseph Beuys daba una conferencia en el Centro con gran asistencia de público. Asimismo, Pistoletto, Kounellis, Ulrich, Buren, etc., sólo por citar algunos de los artistas que pasaron por aquí durante este período.

PREGUNTA- A pesar del uso y abuso del término “nomadismo cultural” que en su día acuñó A. Bonito Oliva, creo que es un concepto perfectamente aplicable en el caso de la Yugoslavia de entonces como territorio de meeting-pot de diferentes culturas. ¿Cómo crees que esto influye en la capacidad de apertura a nuevas influencias?

RESPUESTA-La Yugoslavia, parte de la Mittel Europa como territorio del antiguo imperio austro-húngaro, se identificaba a la vez plenamente con la cultura italo-mediterránea. Representaba también la presencia en Europa de las culturas orientales: bizantina, musulmana, hebrea, católica…la diversidad cultural y artística y, finalmente, este melting-potde influencias, estaba representada en todo el territorio por distintas ciudades como Ljubljana, Zagreb, Belgrado, Sarajevo o Titogrado.

El concepto de nomadismo es muy significativo y considero muy válida la teoría de Bonito Oliva. Nomadismo es un término que implica movimiento, intercambio y comunicación. Al contrario que los objetivos comunes de los medias o la globalización a lo que tienden fenómenos como Internet, el nomadismo preserva una conciencia de identidad que se enriquece con las relaciones e intercambios.

PREGUNTA-En los años ochenta nuevas instituciones y galerías se abrían en Belgrado y en otras capitales de Yugoslavia, aumentando las relaciones con Europa occidental y Estados Unidos. Se habla de un retorno a la pintura, y de una posición cada vez más individualista del artista.¿Cómo definirías este período?

RESPUESTA-En los ochenta se produjeron cambios en muchos niveles. La actitud artística cambió, dando lugar a una nueva sensibilidad y disposición al “aquí y ahora”. La individualidad del artista y la autonomía del eclecticismo modificaron su actitud respecto a la visión del pasado y su reacción hacia el presente.

Las teorías sobre la deconstrucción, la fragmentación y de las mitologías individuales, propias de las últimas décadas, han servido para poner en cuestión, de alguna manera, los límites del sistema occidental, implicando a las culturas más marginadas y del Tercer Mundo.

PREGUNTA-Los años 90 llegaron con el inicio de la guerra. Serbia aparecía a los ojos del mundo como un pueblo invasor. Las relaciones con el mundo exterior fueron interrumpidas en forma de “castigo”, en un embargo que duró casi tres años…

RESPUESTA-En el período de la guerra se vive, además de una crisis moral y económica, el total aislamiento. Esta ruptura con el exterior se produce no sólo a nivel internacional, sino también con centros de cultura como Zagreb o Ljubljana con los que antes se formaba una verdadera red de influencias e intercambios. La guerra implica desintegración y debilidad, cambiando el carácter de una cultura cosmopolita a una tendencia al localismo, a las expresiones religiosas y al provincialismo más conservador.

PREGUNTA- ¿Cómo era el día a día en el SKC en su actividad como comisaria durante el período de embargo?

RESPUESTA-En este momento la mayor parte de las fábricas y factorías funcionaban a un 10% de su capacidad normal, debido a la paralización de casi toda actividad en Serbia. La gente no tenía dinero y empezó a ser normal el intercambio de bienes. Se produjo un fenómeno curioso: los fabricantes aceptaban suministrar material a los artistas (madera, cristal, plástico ,etc.) a cambio de obras suyas; incluso en alguna ocasión, pedían que interviniesen con su trabajo artístico en la propia fábrica. Paradójicamente, durante el embargo se produjeron para el espacio de la galería instalaciones monumentales, de una fantasía extraordinaria, que no se habían visto en el Centro hasta entonces.

Las actividades en el exterior, como sabes, fueron también vetadas durante el embargo. Aún así, fue posible participar en la Biennal de Ankara de 1992 y en la Biennal de Venecia de 1993, en la exposición La coesistenziadell’arte, con participación, en ambos casos de artistas serbios.

PREGUNTA-En contraste con otros países, hay en muchos artistas de la antigua Yugoslavia cierto distanciamiento respecto a la autoexpresión y, desde luego, a esta obsesión posmoderna por la catástrofe o la muerte.

RESPUESTA-Recuerdo las exposiciones Deathy Dislocation en el NewMuseum y el MOMA de Nueva York. La muerte, como consecuencia de la guerra, ya era para nosotros, por aquel entonces, una realidad; quizás una obsesión bastante “experimentada” ya en Yugoslavia…en cualquier caso, creo que el tema de la muerte, como el del hambre o la destrucción como consecuencia de una guerra han sido temas bastante tratados, aunque a un nivel mucho más metafórico y en un plano más intelectual.

PREGUNTA-¿Cómo ves a la nueva generación de artistas que están ahora trabajando en Belgrado?

RESPUESTA-Es difícil hacer una definición de los artistas de los noventa, cuando se ha sido testigo no sólo de la pérdida de identidad de toda una generación, sino directamente de la desaparición de muchos de sus miembros. Sin embargo creo, hablando de los noventa, que existen grandes diferencias entre las actitudes de los jóvenes artistas de antes y después de la guerra. En la primera había una conciencia de aprovechar al máximo las estrategias políticas y de mercado que, hijas de los ochenta, se estaban dando en aquel momento.

En la generación de ahora, a pesar de los cambios en la gestión política y cultural de la nueva Yugoslavia, se siente una especial disposición a la apertura y, sobre todo, una conciencia de presentarse al mundo con un espíritu de renovación y optimismo.

Revista Lápiz 126

Noviembre 1996

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