E. Stocker Spanish

Oktober 24, 2017 by admin Uncategorized 0 comments

En su célebre ensayo sobre la perspectiva, ErwinPanosfsky analizaba la forma de representación del espacio renacentista en relación con la concepción antropocentrista que el individuo tenía del mundo y su realidad. Durante el Renacimiento, tras búsquedas y especulaciones inspiradas en fórmulas parcialmente usadas en la Antigüedad, se “inventó” la perspectiva lineal como nueva forma de representar el espacio a partir de un esquema geométrico que pautaba la forma de representación. Superadas las especulaciones abstractas medievales, la perspectiva lineal como método –científico, calculable-

de representación del espacio –centralizado, dimensionado- implicaba, nos recuerda Panofsky, una determinada concepción del individuo renacentista respecto a su entorno, respecto al mundo.

Resultado de una convergencia entre ciencia y arte, igual que la perspectiva renacentista en su momento, cabría preguntarse por las transformaciones que están introduciendo las tecnologías digitales contemporáneas en la representación del espacio y -siguiendo a Panosfsky- en la forma cómo entendemos nuestra realidad y nos situamos como individuos en ella. Hoy podemos hablar de nuevas « representaciones espaciales » que son parte de nuestra cotidianidad: menús de funciones en la pantalla del ordenador, selectores de programas de televisión, mapas de navegación en los coches, etc que introducen nuevas fórmulas de articular el espacio y su forma de percepción. Representaciones a base de imágenes -virtuales/reales- y textos yuxtapuestos en un discurso cuyo paradigma sería el hipertexto de la Red, que no tiene la narratividad lineal del texto clásico sino que se puede acceder a éste y enlazar con otros documentos-imágenes en el orden que se quiera, sin jerarquía establecida, estando todos ellos en infinita interconectividad. Asistimosirreparablemente a unanuevaorganización y percepción del espacio.

La obra de Esther Stocker (1974, Tirol del Sur)quetrabaja con unaampliavariedad de diferentesmediosqueincluyenpintura, escultura, fotografía o instalaciones, podríadefinirse en una primeralectura, como arte geométrico heredero de lasvanguardiasconstructivistas de los años 20, asícomo de lastécnicasilusionistas del op art de la década de los 60. Su trabajo, siguiendoalgunas de laspautasformales de estosmovimientos, se basa esencialmente en la representación de superficies reticuladasde elementos geométricos relacionados entre ellos por sus segmentos, planos y líneas. Tramas reducidas al blanco, negro y gris (eventualmente en combinación con algún color básico), a base de ritmos ajedrezados que se repiten, o con intersecciones y yuxtaposiciones dispuestas en secuencialidad. Muchas de las primeras obras de Esther Stocker son pinturas sobre lienzo (repitiendo en ocasiones los mismos formatos y presentando series de lienzos en forma de secuencias: el pequeño fragmento de una forma que va desplazándose de lugar progresivamente, un tono cromático –negro,blanco,gris- que aumenta o se reduce…) y en cada una de estas pinturas, en cada serie de ellas, el espectador percibe la ligeras modificaciones del espacio representado.

En este interés por el juego ilusorio del espacio representado, la artista empieza a experimentar con otros formatos. La serie de fotografías de palmas abiertas de las manos, puños cerrados y brazos pintados sobre fondo negro, o las líneas caligráficas realizadas con cinta negra adhesiva aplicada directamente sobre el blanco del muro con pequeñas variaciones de forma rítmica, son todos ellos ejercicios en los que se consigue,con el mínimo de recursos –negro sobre blanco, cuerpo y muro como soporte- a un radical reordenamiento en la percepción del espacio.

Este proceso de experimentación, siempre con la pauta de la geometría como ejercicio máximo de reducción formal- llevará pronto a la artista a interesarse por la arquitectura como nuevo reto. Después de algunas intervenciones aún sobre superficies bidimensionales (en un silo industrial en Innsbruck, 2001o las paredes medianeras de un edificio público de Graz, 2003),se produce una interesante transformación y empezamos a encontrar trabajos en los que ya no se procura la percepción ilusoria de un espacio sino que se interviene en el espacio real para actuar en él y modificarlo. Desde este punto, cada una de las intervenciones de la artista estará claramente predeterminada por las características del espacio y en cada nueva intervención se configurará de alguna manera un espacio nuevo.

Recientemente, Esther Stockerha realizado una intervención en una de las salas del MUMOK (MuseumModernerKunst Stiftung Ludwig) de Viena. Cientos de listones negros de diferentes alturas y surgiendo del techo, suelo y muros, invitan al espectador a participar en la experiencia de un nuevo espacio real, formado por un entramado de líneas que parece poder ampliarse hasta el infinito. La forma de“geometrización”del espacio que ya caracterizaba la representación renacentista continúa pautando la del espacio contemporáneo aunque la estructura de éste ahora, como la de la Red, no es centralizadasino formada por un entramado de elementos no jerarquizados que puede extenderse potencialmente hasta el infinito.

Un aspecto revelador de los trabajos más recientes de Esther Stocker (también la intervención en la galería Krobath de Berlín, en mayo de este año) es que las fotografías que quedan como documentosde los espacios intervenidos parecen imágenes de Realidad Aumentada (RA) que es como se definen las imágenes que, con ayuda de la tecnología digital, sobreimprimen partes virtuales a una imagen real. Las fotografías que documentan las intervenciones de Esther Stockerparecen imágenes de un espacio virtual, como si estuvieran estado manipuladas o retocadas en un ordenador. Así, realidad y virtualidad se confunden: la realidad parece apariencia, consiguiendo justo el proceso contrario de la representación pictórica clásica del espacio.

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